Hay elementos en el espacio que no solo se ven. Se sienten.
Y el espejo iluminado es uno de ellos.
Cada proyecto es una experiencia y el espacio, más que un lugar funcional, puede convertirse en un lugar donde la iluminación, el reflejo y la atmósfera se combinan para generar bienestar.
La iluminación integrada en un espejo no es solo una solución técnica. Es una herramienta emocional. Una forma de suavizar tensiones, de realzar lo natural, de crear un entorno donde verse —y sentirse— bien. Porque el diseño también cuida.
En SPEHO creamos piezas que dialogan con la arquitectura y amplifican la experiencia del usuario.
Por eso, cada uno de nuestros espejos iluminados nace de las necesidades reales de quienes diseñáis esos espacios.
Para que el diseño no solo decore, sino que también conecte.